Una terminal es algo parecido al Símbolo del sistema de Windows . También se llama frecuentemente línea de órdenes, línea de comandos o shell. Trabajar en la línea de comandos no es una tarea ni tan complicada ni tan aburrida como se pudiera pensar.
No necesitas tener conocimientos especiales para saber cómo utilizar la línea de comandos pues, al fin y al cabo, es un programa como cualquier otro. Lo que en realidad hace el sistema es ejecutar un intérprete de comandos o shell que hace lo que su nombre sugiere: interpretar. Leerá los comandos que vayamos escribiendo, localizará la aplicación apropiada en el sistema y ejecutará dicha aplicación siguiendo las instrucciones que le hayamos escrito nosotros.
En ciertas ocasiones, deberás utilizar obligatoriamente la Terminal (si el entorno gráfico falla, por ejemplo, o deseas realizar ajustes de configuración con un mayor control sobre el sistema) y toda la potencia de la consola de comandos. Además, con ella no sólo podrás acceder a todas las aplicaciones X Window, sino también a un montón de programas que aún no cuentan con interfaz gráfica, y a los comandos de Linux. Los usuarios más avanzados de GNU/Linux encuentran que resulta mucho más cómodo y rápido trabajar en línea de comandos y lo prefieren a utilizar las correspondientes herramientas gráficas. Y aunque cada vez sea menos usada, resulta muy práctico conocer algo de su manejo básico. Prácticamente cualquier cosa que puedas hacer en modo gráfico la podrás hacer también en modo texto. En ciertos casos, será preferible que acudas a las aplicaciones gráficas (escuchar un CD de audio, grabar un DVD de datos, ver una película, utilizar un procesador de textos, etc., por ejemplo). Pero habrá muchas situaciones en las que la consola de comandos será mucho más eficaz, potente y ágil para aprovechar las posibilidades de GNU/Linux.
Lo primero que debes hacer es lanzar o abrir la Consola o Terminal. Iniciar la Consola o Terminal en Ubuntu es muy sencillo. Vete al menú Aplicaciones - Accesorios - Terminal. Una nueva ventana aparece en pantalla en la que observarás un simple menú en la parte superior y un espacio en blanco ocupando toda la parte inferior de la ventana, en el que teclearás los comandos.
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Terminal de Ubuntu |
Su apariencia es muy similar a la del intérprete de comandos de los sistemas Windows. Y, en esencia, el principio es el mismo, aunque las posibilidades en el caso de GNU/Linux son mucho mayores. La forma de “moverse” por ella es parecida a la de MS-DOS, y muchos comandos son también muy similares.
Como observas en la captura de pantalla anterior, una vez que has ingresado en el sistema, la Terminal te ofrece en primera instancia el denominado prompt del intérprete de comandos. Se trata de una cadena de texto que indica que la Terminal se encuentra preparada para recibir órdenes:
Este prompt, aunque viene configurado por defecto, en el formato que se muestra, es personalizable. Apreciarás el nombre del usuario registrado (en este caso, edisue), y el nombre de la máquina (edisue-laptop) acompañado del directorio en el que estamos situados. Estos últimos caracteres de esta cadena son más especiales de lo que podría pensarse:
* El símbolo ~ representa el directorio personal de trabajo, en este caso /home/edisue.
* El carácter $ indica que el usuario que está en ese momento manejando la consola es un usuario normal del sistema.
* Si el usuario registrado fuera el root, el símbolo sería #, estaríamos entonces ejecutando comandos con privilegios de superusuario. Por esto cuando en cualquier manual o tutorial te digan que teclees una orden tal como #addsuser, significará que esa orden únicamente puede ejecutarse como root.
Algunas consideraciones a la hora de manejar la Consola o Terminal
1. Recuerda que en Ubuntu, la primera cuenta de usuario que hayas creado en tu sistema durante la instalación (es decir, aquella en la que tecleaste tus datos de usuario) tendrá, de forma predeterminada, privilegios de administración. En muchas ocasiones en las que teclees alguna orden o comando en la Terminal se te solicitará la contraseña de root, tendrás que teclearla y pulsar Intro.
2. Cuando teclees la contraseña, no te extrañes si no ves nada en pantalla, ni siquiera unos asteriscos, no te preocupes, el sistema está atendiendo a lo que escribes. A esta manera de introducir la contraseña se la conoce como “contraseña sin eco” y es la forma predeterminada de registrarse en una consola.
3. GNU/Linux es un sistema case sensitive, es decir, sensible a mayúsculas y minúsculas. Tienes que escribir los comandos de una forma concreta, no pudiendo sustituir mayúsculas por minúsculas, o viceversa, porque para el sistema operativo son caracteres distintos. Por eso, cuando “copies” comandos debes escribirlos siempre tal y como aparecen.
4. En general, el formato de los comandos será una palabra (o una orden) seguida de sus argumentos.
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